9.12.06


Aquí tenemos a Palas-Atenea-Pati saliendo de Júpiter-Pati (todo empieza y acaba en Pati, qué saturación XDD).

No es para nada lo que yo buscaba, pero puede resultar curioso: un fondo totalmente plano, con la figura silueteada, remitiendo a una extraña ilustración. El efecto no es realista, pero por lo menos es estético, a su extraña manera.
Técnica: analógica a 400 ASA, modificado con Photoshop mediante dos capas, aparte del aumento del canal de azul (lo que da un pelo tan oscuro), del contraste y silueteado con un fondo plano.

Hablemos de las dos Patis (lo que sea antes que ponerme a estudiar Iluminación, la cual cosa me vendría bastante bien como se puede constatar en esta imagen):

La Pati grande está triste. El verde original del ojo ha decidido escapar de su rinconcito diminuto, y ahora el iris se ha transformado en una insondable negrura que atrapa los sueños y no los deja salir. Como recuerdo por haber escapado, el verde bosque dejó un reguero de luna en el párpado. Cada tarde en que el sol se alineaba con Neptuno, una única nota pura de sirena emergía de las aguas de misterios insondables y el plateado original se iba volviendo más selvático, a medida que los colores de la Tierra de los Elfos Imperecederos calaban más y más en su memoria. Aunque ella sigue triste, porque la embarga la nostalgia de los que embarcaron en la barquita de los luceros del alba fría, y con un escalofrío en los huesos, serios y cansados, decidieron no regresar a aquel lugar del que nunca debieron salir.

Pero nada está perdido del todo, puesto que de su cabeza surge ¡¡la PekePati!! La PekePati es una entelequia de rollos metafísicos y "drowianos" junto a un reguero de yogures con pepino, finlandeses y guiones de cortos gore, entre otras cosas. Bicho pesao pero agradable, que se te sube a la chepa cuando las hogueras danzan en medio de la niebla (es decir, siempre que se enciende una hoguera, luego con frecuencia), que no para de hablar sobre su mundo, el tuyo y la quinta dimensión, si la dejas; aparte de, por supuesto, el futuro de los drows pálidos en un mundo dominado por los pijos (por poco tiempo...). La entelequia PekePati se desarrolla en todo su potencial en hábitats frikianos, aunque le es difícil encontrar un hábitat no imbuido de las fuerzas oscuras de Pachá y Massimo Dutti, por desgracia. En el otro extremo, las rocas son ecosistemas demasiado alcalinos (o ácidos, o una mezcla de ambos) para una correcta adaptación del bicho. No recomendamos mezclar ambos entes, puesto que la mezcla puede ser explosiva (lo he vivido).
Por cierto, ¿dije pesado? Me quedé corta :P Pero PekePati sabe que lo digo desde el cariño, gracias a sus poderes galadriélicos inconscientes.

22.11.06



Finalmente, ¡¡he conseguido que el Gran Blogger me deje colgar alguna imagen!! Ahora debe haber cambiado su objetivo y debe estar dando la vara a otro infeliz.

En cuanto a la imagen, formará parte de un proyecto multimedia sobre David Lynch en el que se accederán a contenidos de sus películas de forma interactiva (actionscript, actionscript, actionscript, uuuuf) así como -supuestamente- divertida.

De momento, tenemos esta imagen, rollo "Carretera perdida" o "Mullholland Drive"-diurnas- y alguna más muy al estilo de "Una historia verdadera".

El anaranjado da el toque irreal abstracto de las películas de Lynch, mientras que el escenario, ya sórdido de por sí, se adecúa bastante al contenido habitual de los filmes de nuestro amigo David.

Carasterísticas técnicas: Analógica 35 mm 100 ASA, escaneada a 200 ppp, retocada con Photoshop reemplazando el tono azul del cielo por un anaranjado.

26.6.06



La información nos mira. Y como la gran fabuladora que es, crea un cuento, con un ente hijo suyo como protagonista. Silencio, que el niño nos va a hablar.


Soy un ente de la sociedad de la información. Ésta me aprisiona. Soy como el beduino de las ondas, siempre en un desierto de opiniones propias. Y se me empañan las pantallas, la pequeña y la gran y poderosa y totémica televisión familiar, cubierta de lágrimas falsas por destinos funestos que no serán el mío.

Pero tampoco sé hasta qué punto debo creer en el destino de una noticia -de dos minutos de duración-, aunque, aún con todo, aún con la duda, sigo siendo un beduino, desesperado por encontrar un oasis. ¿Tienes agua?


Soy un ente de la era de la información. Ayer vi en el periódico que unos tipos tenían bombas y estaban dispuestos a tirarlas. Sencillamente, no quiero verlo.
También vi cómo un niño me miraba mientras las moscas recorrían su piel y el vientre hinchado sobresalía obscenamente bajo las costillas. ¿Por qué utilizan estos recursos emocionales fáciles? ¿Para cazarme? Será que soy un jodido habitante del primer mundo.

Soy un ente en la sociedad de la información.
Quizá leas en la prensa que existo:
no te lo creas. Y si me ves en la tele (televisión, telly, caja tonta, caja chica, tótem, demonio y ángel, contenedor de mierda y de cultura, el dinero, el poder), aprende a
reírte del personaje en que probablemente me
convertirán: no seré
más que una patética caricatura
de la sombra de mis defectos.
Aunque para qué convencerte (persuadirte, publicidad, mensajes, mensajes, mensajes). Estás saturado
de información y probablemente te importe un comino lo que te estoy contando.
Haces bien. A mí el periodismo me castra.
En realidad pienso que es un auténtico...

¡¡ gali-
matías!!

8.5.06


Fotografía analógica modificada con Photoshop.




La modelo es Laura, alias Mun, que muy amablemente se dispuso a posar con una lámina de cartón pluma alrededor de la cabeza, agujereada por el centro, en medio de Barcelona (concretamente, en el paseo de láminas de madera que rodea al Maremágnum), con lo cual algunos niños guiris aprendieron que, para bien o para mal, Spain is different, and its people as well. Parece un tópico, pero en general tengo comprobado que éstos se cumplen, sobre todo por lo que a un país o a sus habitantes se refiere.

No sé de qué manera llegué a esta pose para ella. El pie adelantado era un requisito fundamental, pero el vestido y su caída fue aportación de la modelo. En cuanto a la repetición de la cara (sé que la superposición al Photoshop no es perfecta técnicamente, pero la función que quería transmitir se entiende y tampoco tengo tiempo últimamente de viciarme en exceso) era una manera de simbolizar la línea del tiempo, y cómo la cámara capta aquello que va seguido, casi igual pero diferente, casi en el mismo lugar pero en otro. El hecho de que Mun se fuera reduciendo y amarilleando tiene también que ver con lo mismo: el tiempo desgasta tu materia (en otra entrada pondré algún día alguna de mis paranoias sobre el tiempo, pero en esta prefiero no ser cansina) a la par que te hace avanzar en el espacio. Un espacio que, en este caso, se despliega en maderas casi irreales, deformadas mediante el poco gran angular que puede alcanzar la machine que tengo yo. Esta especie de geometría deformada me parece que da el toque de misterio que le quería dar al retrato de Laura.

El mencionado desgaste del tiempo, que parece un elemento extraño y atemorizante, está firmemente unido al concepto de Mun como ente vivo, sin duda: chiquita, pero plenamente consciente de que aquello que la rodea es efímero y extraño. En apariencia frágil, pero ahí sigue, firmemente plantada en el suelo, mirando hacia adelante con un punto irónico en la observación de sí misma (y cómo no va mirarse de forma irónica con las miradas censuradoras de los tipos de alrededor). Y ahí sigue, porque no se acaba de desgastar.

¿Que cuál es la moraleja? Todos avanzamos hacia la reducción de nuestras cabezas. ;)

6.4.06


¿Pero realmente era el hombre la solución al enigma?

El hombre.

Y Edipo contestó:


...y sobre tres al atardecer?


...sobre dos al mediodía...


Edipo debía enfrentarse al terrible animal de la antigüedad, cuyo enigma nadie nunca había sabido resolver. Así pues, Edipo preguntó con valentía: ¿Cuál es el animal que camina sobre cuatro patas al amanecer...
Volvemos a lo mismo: intentar publicar las fotos del delito, aquellas imágenes indecentes en las que se muestra el pecho descubierto de un ser humano femenino de 19 años a 600 ppp. Mejor callaré mi opinión moral al respecto de este tipo de hipocresías interneteras y me centraré en las características técnicas del trabajo: las imágenes fueron tomadas con poca luz, en un interior (no sé decir la cantidad lumínica aproximada porque no tenía fotómetro, sólo el de la cámara y éste marca más oscuro de lo que lo hace un exterior), aunque se intentó contrarrestar esta carencia con flexos de escritorio, lámparas de mesilla de noche y todos los focos de luz posibles. Incluso el tradicional papel albal entró en el margen de lo posible, si no fuera porque tenemos el mismo paquete de láminas pegadas entre sí desde que me hice mayor de edad.
El carrete era 200 ASA, si no recuerdo mal, con lo que se tomaron, por si acaso, con la luz adicional de flash y sin ésta, lo que consumió no pocos fotogramas (tres carretes de 24 casi al completo, creo).
Luego, fueron tratadas informáticamente para aumentar un poco el contraste (la desventaja de elegir las que no llevaban flash es que quedaban demasiado grises, a pesar de que la luz del flexo contra el estuco me chiflaba) y modificar la pajarita de papel. Esta última pretendía simbolizar a Edipo, o el guerrero: aquel intruso que se introduce en el solitario mundo de la esfinge y pretende sonsacarle el enigma con sus aires de superioridad. Es, por tanto, un elemento que no debe estar ahí, y como tal lo entendí. Utilicé filtros de dibujo, le aumenté la luminosidad y la proporción de azul, con lo que en pantalla quedaba un tono lila que ya me convenía para contrastar con el amarillo (digo en pantalla porque luego lo imprimí y quedó en plan beis chungo).
En fin, a pesar de todos los fallos técnicos que hubo, la modelo M. M. A. aguantó estoicamente el frío, la pajarita y el maquillaje a medias.